lunes, 15 de diciembre de 2008

El desastre del tenorio fue notorio


Estudiantes y estudiantas (para la profesora de lengua si lee usted esto lo de estudianta lo pongo queriendo que mi nivel de lengua hasta ahí por lo menos llega aunque crea usted que no) del instituto el Majuelo, para todos aquellos que no vinieron a la “gran excursión” con destino a la escuela politécnica de Sevilla les hago saber que fue mucho mejor que se quedaran calentitos estudiando en clase porque lo que allí presenciamos era, según nuestros profesores de Ciencias para el Mundo Contemporáneo, una auténtica catástrofe tecnológica y además inducida. Os preguntareis ¿Por qué inducida? Pues amigos por la simple razón de que nos chantajearon, sí, sí o íbamos o no nos librábamos de una lectura obligatoria. Claro está que el chantaje es bastante bueno porque a todo aquel estudiante al que le digan de trabajar menos sin duda aceptará aunque eso suponga vender el alma ¿Me equivoco? Por otro lado fue tecnológica porque

aquellos que por lo menos se hayan leído el tema para hacer el examen de cmc (seguro que pocos) sabrán que catástrofe tecnológica es toda aquella producida por humanos, en este caso nuestros amigos los actores, cuyos nombres no recuerdo, supongo que será un mecanismo de defensa de mi cerebro para intentar olvidar al máximo aquella extraña actuación. Recreare un poco lo que aquella mañana sucedió:

El primer agrado del día fue tener que ir al instituto a las 8:30 para dar aunque solo fueran 15 minutos de la primera clase. En el caso de mi grupo (1ºC) la catástrofe comenzó en aquellos 15 minutos cuando se estaban repartiendo los resultados del examen de filosofía, basta haceros saber que más de uno experimentará lo que es que le quede filosofía este trimestre….

Los 15 minutos pasan, aunque lentamente, y los alumnos salimos a la calle para coger el autobús. El día tampoco nos sonríe, estaba bien nubladito y hacía más frío que en la comunión de pingu pero en fin, nos quedaba la esperanza de ir calentitos en el autobús.

Llegamos a Sevilla y el bus, para alegrarnos un poco más la mañana, no nos podía dejar en la puerta no, tenía que ser a 1km más o menos. Caminamos con la ilusión de ver aquella grandiosa escuela politécnica de Sevilla y lo de grandiosa es una ironía porque visto aquello podríamos haber celebrado la obra en el salón de actos que es mas grande. Tomamos asientos y yo sufría porque viendo el aspecto de aquello temía que el techo se nos fuera a venir encima en cualquier momento, es por eso que yo me metí debajo del palco por si cae que le caigan a los de arriba. Hasta aquí el día perfecto ¿no? Tranquilos lo mejor esta por llegar. La obra comienza y los errores se pueden numerar:

1º El papel de Tenorio se lo dan a uno cuya voz es similar a la de papa pitufo si la comparamos con la de Luís Mejías que era una mezcla entre el Rey León y Dar Vaider.

2º La obra, que requería de más tiempo, es reducida al máximo, no me dio tiempo a sentarme y ya estaban aplaudiendo al final de la obra. Lo harían con la buena intención de que llegáramos a tiempo para dar las apetecibles dos últimas horas de clase.

3º El sonido lo debería de estar controlando un sordo porque vamos durante casi toda la obra se estuvo escuchando el efecto grillo en los micros.

4º La obra es interpretada por solamente 4 actores, interesante capacidad para multiplicarse si no tenemos en cuenta las escenas en las que los personajes, después de morir se levantan delante de todo el público y se ponen a cambiar el escenario, a eso lo llamo yo buen clima de la situación de escena. Además solo había una mujer interpretando todos los papeles femeninos: futura esposa de Luís Mejías, amada de Tenorio…. Estaba echa una buena prenda esta mujer todo el día con un tío distinto y encima hacía el papel de beata… no te digo. A ver qué tendría de santa.

La obra termina y la gente tiene la poca vergüenza de aplaudir a la encargada del sonido ¿tú crees eso normal?

Creo que lo que podría sacar como moraleja de esta historia es la siguiente: Haz la lectura obligatoria que te sale más rentable.

Juan Pablo Márquez Santiago 1ºC

Humor  © 2008

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